Hay una crisis de bienestar en todo el mundo y la industria farmacéutica la ha sabido aprovechar.
Ahora tal parece que las emociones requieren medicación. Sentirse triste, preocupado o desanimado, es un signo de “enfermedad” y los psicofármacos son la “solución mágica” que prometen aliviar los malestares de la vida cotidiana.
Desde luego que no puedo negar la relevancia de los psicofármacos para el tratamiento de algunas psicopatologías con causas neurológicas. El problema es que muchas personas están siendo medicadas, cuando en realidad no lo requieren.
Es una falacia pensar que una píldora va a solucionar los desafíos de la vida. De hecho, las investigaciones muestran que el uso de medicamentos para ciertas condiciones psicológicas, como por ejemplo la depresión, no es tan efectivo en todos los pacientes, y sugieren acompañarlo siempre de psicoterapia.
La psicoterapia es esencial para que una persona pueda desarrollar estrategias que le permitan enfrentar situaciones difíciles, ser más resilientes, confiados, y encontrar ilusiones en su vida. Y lo cierto es que esto no lo hace ningún medicamento.
En una ocasión atendí a un paciente al que trataron con ansiolíticos porque se sentía preocupado y no podía dormir bien, debido a que había perdido su trabajo unos días antes. Este tratamiento no mejoraba los síntomas y además le producía efectos secundarios, así que él mismo decidió dejarlo y acudir a psicoterapia.
Está bien expresar las emociones
A veces cuando pasamos por una situación difícil queremos evadir o negar lo que sentimos, como si esto fuera algo malo. La razón es que hay una campaña masiva que promueve el éxito, el empoderamiento y que se debe estar feliz todo el tiempo, pero la vida real no es así.
Muchas veces se enfrentan situaciones desbordantes, como la pérdida de un ser querido, el desempleo, problemas financieros, divorcios, etc. Ante estos desafíos está bien sentirse triste, confundido o angustiado, porque es una respuesta emocional que forma parte de nuestro ser.
Aunque es cierto que el dolor emocional no se puede obviar, el sufrimiento es una elección, y la mejor forma de salir de ese estado de infelicidad es teniendo una actitud optimista ante la vida y volverse a ilusionar.
¿Cuándo es señal de alarma?
Es cierto que todos podemos tener momentos de angustia emocional, pero cuando esas emociones persisten y no se les presta la debida atención, pueden ocasionar serios problemas de salud física y psicológica. Por eso es esencial comprender nuestras emociones y aprender a gestionarlas bien.
Si atraviesas por una situación difícil que ya está afectando tus rutinas diarias y tu capacidad para pensar con claridad y tomar decisiones, es una señal de alarma que no debes de ignorar.
Está bien que hables con alguien de confianza sobre cómo te sientes, no tienes por qué sufrir en soledad, busca ayuda psicológica, mereces ser escuchado y comprendido.
Algunas recomendaciones
Recuerda que no debes negar tus emociones, porque el problema no es lo que sientes, sino la persistencia de esa respuesta emocional y la forma en que reaccionas.
Realiza con frecuencia actividades que te hagan sentir bien, esto favorece la liberación de neurotransmisores como la dopamina o endorfinas que ayudan a regular el estado de ánimo y brindan una sensación de bienestar. Es importante que cultives relaciones sanas, plantéate nuevas metas, y encuentra un propósito que te mantenga ilusionado.
¡Las ilusiones le dan sentido a nuestra vida!