A veces nos contamos historias increíblemente limitantes y, sin darnos cuenta, autosaboteamos nuestro propio crecimiento.
¡Yo no soy bueno en eso!, ¡Soy muy tímido!, ¡No tengo suerte!, ¡Las cosas no se me dan bien! Te aseguro que esas ideas solo existen en tu MENTE y no tienen nada que ver con la realidad.
Las afirmaciones que se repiten con frecuencia ya sean positivas o negativas producen un efecto poderoso en la mente. Sé consciente de tus palabras y no digas nada que no quieres que sea verdad.
La persona con la que más hablas a diario eres tú mismo, y a través de esas conversaciones internas refuerzas tus creencias.
¿Cómo es tu dialogo interno? ¿Qué palabras usas para conversar contigo mismo? ¿Le hablarías así a una persona que sea especial para ti?
Si tu dialogo interno es negativo, no puedes esperar resultados positivos. Para tener éxito en cualquier cosa que te propongas, debes cuidar lo que piensas y la forma en que te hablas a ti mismo.
Recuerdo a un paciente con episodios de ansiedad. Desde muy joven, le gustaba el emprendimiento, por lo que, antes de terminar sus estudios universitarios, ya había realizado algunos negocios informales. Al principio, se lo tomaba como un hobby, pero cuando decidió invertir en algo más grande, no supo manejarlo, y en poco tiempo, tuvo que cerrar el negocio y pagar una deuda que había adquirido como capital inicial.
Luego de esta situación se animó a hacer un nuevo negocio con su socio y amigo, pero las cosas tampoco salieron bien. Después decidió intentarlo una vez más, a pesar de que las dudas y el miedo resonaban en su mente.
“Creo que emprender no es para mí”, “que voy a hacer si fracaso de nuevo”, “no debí insistir con esto”, “ahora tengo una familia que cuidar”
Aunque era entendible su preocupación, esa forma de pensar no lo llevaría a ninguna parte.
Le expliqué que debía cambiar su percepción con respecto a esas experiencias y en vez de centrarse en las cosas que salieron mal en el pasado, preguntarse: ¿Por qué tomé ciertas decisiones? ¿Qué puedo aprender de esto? ¿En qué aspectos tengo que mejorar? ¿Qué habilidades debo desarrollar?
La mayoría de las veces nuestras acciones son inconscientes, y realizar un autoanálisis implica volver consciente la información que por algún motivo bloqueamos, reprimimos o negamos. Este proceso puede ser doloroso, pero a la vez transformador, por eso se debe contar con la ayuda psicológica adecuada.
A partir de esto, él aprendió a tener otra perspectiva y a confiar más en sí mismo. Su nueva forma de pensar cambio de manera sorprendente sus resultados. Recuerda que una meta bien definida es importante, pero sin la mentalidad correcta ni la mejor estrategia funcionará.
Las experiencias son neutras y nosotros les damos un significado con base a nuestro sistema de creencias. Esto quiere decir, que las interpretaciones que hacemos sobre las cosas que nos suceden se basan en nuestra percepción, por lo que cada uno tendrá un punto de vista distinto.
¿Cómo cambiar tu diálogo interno?
- Identifica tus pensamientos negativos
- Pregúntate ¿lo que estoy pensando tiene algún fundamento?
- Ahora cambia esos pensamientos limitantes por unos más positivos y optimistas, por ejemplo:
Pensamiento negativo: “No soy bueno en esto”
Pensamiento Positivo: “Es un desafío, pero puedo hacerlo”
- Háblate bonito, con la misma amabilidad y afecto con la que tratarías a una persona que amas.
- Utiliza afirmaciones positivas: “Siempre logro lo que me propongo”
- En lugar de enfocarte en los errores, céntrate en lo que puedes aprender de esa experiencia.
- Establece metas realistas y celebra tus logros para que puedas construir una autoimagen más positiva.
¡Es increíble el poder que tiene nuestra mente para transformar una realidad!
Y solo cuando cambias la historia que te cuentas, tus resultados también cambiarán.
“La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”. Marco Aurelio.