Mi pasión por la psicología surgió desde muy pequeña, recuerdo que tenía doce años cuando le comenté a mi madre sobre mi deseo de aprender esta hermosa profesión y mas tarde descubrí mi sensibilidad para comprender las emociones de los demás.

Considero que la vida es sabia y de alguna manera nos conduce por el camino que debemos transitar para nuestro crecimiento, y aunque a veces nos desviemos un poco, siempre sucede algo que nos hace retomar aquello que hay en nuestro corazón. 

Algunas veces tendremos que reinventarnos, pero nunca perderemos nuestra verdadera esencia. Estoy convencida de que cada experiencia nos deja lecciones valiosas que nos permiten crecer.

Puedo decir que ahora me siento en armonía conmigo misma, aunque no siempre fue así, he vivido situaciones que me llevaron a enfrentar mis miedos y por eso puedo comprender y guiar de manera empática a mis pacientes. 

Me llena de alegría poder acompañar a otros a transformar sus vidas y alcanzar una mejor versión de si mismos. 

Considero que para ser felices debemos aprender a conocernos, gestionar bien nuestras emociones, tener una mentalidad de crecimiento y una buena actitud, siendo coherentes con lo que sentimos y actuamos.